sábado, 3 de mayo de 2008

Ser, Tener, Padecer.



Dominios del lugar de los sueños,
Cuando mis horrorosos monstruos despierten aquí,
Y cuando los cuervos moribundos estén mirando,
Como presagios malévolos con murmullos sombreados,
Darán mi bienvenida una vez más.

Agonizando y halagándome,
Una vez que esté despierto y convertido,
Cierta parte del panorama tenebroso,
Descenderá con los brazos abiertos hacia mí.

Blindado de un goce atormentado,
Manifestado en esos espejismos monstruosos,
Que no voy a ocultar.

Perdiendo el control en locura tentadora,
Revelando la hipnosis del fin,
Demoliendo las tumbas,
Incinerando el color hasta en los muertos,
En nombre del odio a la cara del terror.

Sólo,
Atrapado para sufrir el silencio,
Partido en mente y sentidos,
Bautizado en cada noche de ilusiones,
Cada rito me da esencia renovada,
Y vuelve el monstruo a despertar,
Marcado con la muerte de una etapa más.

Cuando la entrada y salida no abrieron más,
Cuando todo se cerró,
Me escondo de la luz del sol.

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