viernes, 6 de junio de 2008


Y estaba en el carro del payaso, antes de su función. Solo observaba, la forma en la que se pintaba, colores diferentes por todas partes, se mimetizada, el maquillaje daba vida a un rostro inerte, gélido, moribundo. Poco a poco un desconocido era el que aparecía reflejado en aquel espejo, y el retumbo de la audiencia, sus abucheos constantes en la carpa hacia ruido, otra sentencia para un desconocido payaso, que no siente mas que miedo, un miedo que encierra una imagen más, para otra función más.

1 comentario:

Isolda dijo...

existencialmente puro, correcto, estilisticamente sencillo y bello.
lo tienes....ademas se logra la intencion....conmover al espectador, identificacion por confusion. ese dundirse con el paisaje...